BOLETÍN Nro 7/15 – MANEJO DEL STRESS
(Parte I).
Por
Carlos Pissolito.
Introducción:
Las situaciones que producen stress han
pasado a ser una cosa normal en la vida moderna. Por lo que se hace necesario un
tratamiento sobre su impacto, sus
implicancias para otros aspectos de nuestras vidas y por sus efectos negativos
sobre nuestra salud.
Desde hace un tiempo se sabe que hay
profesiones expuestas a situaciones que producen stress; tales como policías, soldados,
bomberos y médicos de emergencias. En función de ello, ese personal es
preparado para afrontar y superar situaciones estresantes. El problema es que
ahora personas ajenas a esos oficios, pero sometidas a determinadas
situaciones, pueden sufrir stress. Con el agravante de no haber sido preparadas
para superarlo.
Definiciones:
1. Stress: Cualquier tipo de demanda o cambio (físico,
emocional, moral) que exige una respuesta humana con un nivel de exigencia
superior a lo normal.
2. Distress: Cualquier situación que implique tanto
la repetición de eventos estresantes como su continuidad prolongada en el tiempo o la
ocurrencia de un incidente crítico.
3. Incidente
crítico:
Un evento que supera los niveles normales de
tolerancia del sujeto. y que colocaría en situación de distress a la
mayoría de las personas. Por lo general, estos eventos están relacionados con
amenazas a la propia vida o la de una persona cercana o la pérdida física o
emocional de alguna de ellas.
5.
Stress acumulativo: La
acumulación se stress que la repetición de eventos estresantes produce con el paso del
tiempo.
6.
Desarmado: Se denomina desarmado al proceso que
permite que una persona afectada por un incidente crítico le describa a otra persona
su experiencia y hable de cómo lo afectó la experiencia, desarmado las posibles
consecuencias emocionales negativas que el mismo puede llegar a producir.
7. Debriefing:
Un proceso diseñado para disminuir el impacto de un
incidente crítico. Está conducido por personal especializado en stress
post-traumático. Idealmente, debe ser realizado entre las 48 y las 72 hora de
producido el incidente.
¿Qué es el
stress?:
Ya lo hemos definido como: “Cualquier
tipo de demanda o cambio (físico, emocional, moral) que exige una respuesta
humana con un nivel de exigencia superior a lo normal.” Pero, cuanto mejor se
lo entienda mejor será nuestra respuesta frente a su ocurrencia. Muchas
situaciones de la vida diaria nos producen stress; pero hay que preocuparse
cuando éstas se producen en forma muy frecuente (frecuencia), duran demasiado tiempo
(duración) o es un incidente severo (intensidad). Es en estas circunstancias
que el stress da paso al distress. Llegado a este punto hay que reconocer que
no todas las personas tienen la misma tolerancia al stress, ni que las mismas
situaciones producen idénticas reacciones en ellas. En ese sentido, es muy importante
como cada sujeto percibe al hecho que produce el stress. También influyen en su
impacto las circunstancias que rodearon el incidente y las posibilidades de
mantenerse en control de las que dispuso el sujeto afectado.
Algunos
factores pueden influir en la percepción del incidente estresante; por ejemplo
experiencias anteriores similares, la educación y el adiestramiento; así como
otros factores como la edad, el sexo, la condición física y el estado
emocional.
Ya
sea por la frecuencia, la duración o la intensidad de la situación, cualquier
persona es susceptible de verse afectada por el stress. En 1936, el Dr. Hans
Seyle hizo un importante descubrimiento: cuando una persona es amenazada, el
cuerpo siempre reacciona mediante mecanismos de adaptación similares. Los que
pueden ser identificados de la siguiente forma:
1. La
fase alarma: Esta fase está relacionada con los
mecanismos instintivos de preservación de nuestra existencia. Ante esa
situación es normal que la persona reaccione bajo el esquema: “luche o muera”.
Esta es una reacción causada por la adrenalina que incrementa la preparación de
nuestro cuerpo para combatir o correr. Si el sujeto amenazado corre, pelea o
responde, incluso, mediante una agresión verbal, mucha de la carga producida
por el miedo, la bronca y la hostilidad tenderán a disiparse rápidamente.
2. La fase adaptativa: Si
el elemento estresante continúa sin ser resuelto, la intensidad de la fase
alarma disminuye, pero no desaparece, dando comienzo a la fase adaptativa. En
la cual las capacidades físicas, emocionales y morales de las persona son
empleadas por la persona afectada para lidiar con el elemento estresante. La
fase adaptativa no debe ser confundida con la solución planteada por la
amenaza. Es solo una respuesta ante ella.
3.
La fase de fractura: Luego
de un determinado periodo de tiempo, el que varía de persona a persona, el
individuo puede comenzar a dar signos de fractura. La que puede manifestarse en
síntomas físicos, emocionales o cambios en su conducta. Los más comunes son los
siguientes:
FÍSICOS
|
EMOCIONALES
|
CONDUCTAS
|
Fatiga
Dolor de espalda
Dolor de cabeza
Ulcera
|
Pérdida de la memoria
Poca concentración
Pérdida de la autoestima
Depresión
|
Incontinencia verbal
Tabaquismo
Alcoholismo
Desordenes alimentarios
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